Planteóse la posibilidad de hacer un largo viaje.
Pasó varios años madurando la idea y reuniendo el valor suficiente para ponerlo en agenda.
Ya en agenda,
Planteóse la posibilidad de hacer un largo viaje.
Pasó varios años madurando la idea y reuniendo el valor suficiente para ponerlo en agenda.
Ya en agenda, tardó meses buscando el día apropiado..
«Tal vez en agosto, para mis vacaciones» (invariablemente pensaba cada año) y al llegar aqosto decía: «Será después,
tardó meses buscando el día apropiado..
«Tal vez en agosto, para mis vacaciones» (invariablemente pensaba cada año) y al llegar aqosto decía: «Será después, otro día»
Mientras tanto pasaba el tiempo.
Y de nuevo a la rutina: El trabajo, la familia, la agobiante sensación de ir en contra del reloj «en agosto» susurraba para sus adentros en un absurdo silencio..
Hacia casi treinta años de su último viaje y,
cuando cerraba los ojos podía revivir la agonía del despegue, un temblor orgásmico sacudia su bajo vientre recordándole el vértigo que le producían las alturas.
«Tendré que decidirme» pensó por enésima vez «un buen día será! En agosto, como siempre»
Y un agosto cualquiera se armó de valor! Compró un billete de viaje y preparó sus maletas, llamó a todos sus miedos y los colocó en fila India.
Y, como adalid de sus sueños, uno a uno le fue matando sus argumentos:
—Te irás sola?
—Me iré
—No volverás!
—Volveré
—Pero temes estar sola!
—Lo superaré
—Me iré contigo!
—No es necesario
—Es que ya no me quieres?
—Te quiero, pero me quiero más a mi
—Me vas a dejar!
—Ya te lo dije, volveré
Cierto era que sentía pavor a las alturas, más cierto aún, que temía a la soledad!
Pero el deseo de ser libre, le mostró aquella tarde de agosto una cruda y latente verdad :
Que no era tanto su miedo a la altura si su objetivo era volar!
Temía más al dolor de saber que por más de veinticinco años, le habían cercenado las alas impidiéndole con ello volar !
Nina Laurent
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